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tengan todos un bonito marzo*

"un lazo, un perro, un abrazo"

Miraba como Fernando Paulsen termina de hablar sobre el apocalíptico panorama mundial, esperó la ultima silaba y apagó el televisor para disponerse a robar un poco de dinero a su borracha madre, solo un poco, no mas de lo necesario. Se mira frente al espejo con muecas absurdas subiéndose el pantalón, preparándose a correr (el sabe lo que viene) y en el pórtico de su casa presiona play al cassette. Un jovenzuelo a blanco y negro le canta al oído sobre las pistolas de Brixton y la subversiva realidad de los setenta. Sale de su casa mirando y entrando a la húmeda noche de la ciudad. Pasa a ver a esa sucia ramera que tanto le pertenece y conversa un rato, saca un brandi de mala muerte de su nevera y lo esconde en su chaqueta.. En el fondo todos saben lo que los demás sabemos; una adolescencia momentánea y eterna que se propaga como el peor de los canceres en el sonido ruidoso de las calles, el merito de tener actitud antes de los veinte, el valor de plasmar cosas concretas a pesar de la falta de esperanza, el placer de manejar los colores sonicos y el honor de llevarlos hasta sus mesas. El muchacho sigue su camino interceptando a sus secuaces... será una noche muy larga, pero las noches largas son algo común en esta ciudad.