La Infinita Belleza de un viaje en transantiago


Mi cabeza va fija entre el vidrio de la ventana y la parte superior de mi hombro izquierdo, pero estamos en un viaje donde logro ver al humano en su faceta silvestre, el individuo en movimiento y progreso se asemeja a la hormiga que camina y avanza bajo el cielo celeste y los colores del sol. Un hermoso paisaje que cautelosamente se mantiene de lunes a domingo entre todos los rincones del gran Santiago, una urbe donde las flores vuelan en las pasarelas y la aurora boreal se puede percibir al final de una larga conversación por la mañana con una tasa de café entre las piernas. La ciudad depara misterios entre el emisor y el reseptor, lo hermoso está en saber ser el personaje crucial de la historia. Como en las canciones de Joy Division.

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