Adolescencia en cuerpo de niño con aroma a mujer

Me temo que no te podremos traer de vuelta. Lo sentimos con toda el alma, pero no queda mas remedio. Aprenderemos a rezarte cada noche

Luego de eso, el último aliento de vida de mi cápsula desapareció
La soledad del espacio se derramaba como un amargo vino en la gravedad cero
El frio del infinito mordía mis huesos, las estrellas se hacian aún más lejanas
Y lentisimamente aquella hermosa dama azul se acercaba a mi encuentro

La fiebre me hace escuchar melodías perdidas en el espacio
Melodias de epocas brillantes, luminosas, llenas de humanidad
Son hojas de otoño
Melodias que me hacen añorar un último abrazo aqui
en el oscuro y frio infinito

Mi módulo empieza a llorar y a gemir
puede tratarse de mi última compañera, la fiebre
pero las lágrimas congeladas en la ventanilla
son el símbolo de los últimos minutos

Desde que perdí contacto con la Tierra
se me han hecho siglos cayendo en un abismo las horas
Ya me son irrelevantes los premios
los amores que dejé allá
mis hijos y mi hermosa familia
Que mas dá, si nunca sabrán lo doloroso que es tratar de hacer nacen una lágrima aqui arriba
Aqui es el espacio quien oprime mi corazón, al punto de no saber si odio y amor es un mismo concepto

Este heroe que aun me mantiene con vida sigue llorando
esta lata que desafía al omnipotente espacio
sin sentimientos, pero más racional que su pasajero
plasmados en metal quedarán los recuerdos
navegando sobre la humanidad del universo

Seré una estrella
Al fin lograré ser una estrella
Los ojos piadosos se posarán en mi
Cuántos pensarán mil cosas. Deseos me desearán. Gritos de entrañas desgarradas se me dedicarán
y ya no con un dedo, sino con mi cuerpo entero marcaré el cielo
y como estrella fugaz se me recordará

Como aquel que desapareció abrazado a la soledad del infinito
Y los ojos de la humanidad abrazados a él

Ahora soy recuerdo de mi existencia