"La Infinita Felicidad de ser Feliz" (parte 2)


Cuando llega el otoño me gusta ir a La Florida y bajarme en el ING naranjo potente por los rayos uv que el sol lanza en el cielo despejado post-lluvia. Caminaba por una calle con nombre de guerrero aborigen chileno lleno de árboles frondosos y húmedos, casas con portones enchulados de familias bien constituidas, iba a ver a mi tia Pepo.
Solía hacerlo en micro, ahora lo haré en metro (ahora que viene el otoño).
Me gustaba viajar en micro cuando eran amarillas y viajar de pie era un reto. Cuando los viajes eran por largas distancias con música de casettes o cdplayers mirando el paisaje de nuestro hermoso santiago.
Ahora las cosas son distintas, son simples largas horas de mirarse frente a frente con las múltiples caras de enfado del servicio publico y viajes que mas bien son tramites.
Se perdió el sentido real de desplazarse por nuestras grandes avenidas, Pajaritos, Departamental, Gran Avenida, Santa Rosa, Independencia, Av. La Florida, Vicuña Mackena y la tan querida Avenida Libertador Bernardo OHiggins.

Hoy por hoy las micros son simples métodos de desplazamiento.
La gente ya no valora la infinita felicidad de lo hermoso que es viajar, no los culpo.. Es diferente ver la ciudad desde un asiento cafe que se le sale la espuma a las butacas modernistas de los troncales de prolipopileno.

1 comentario:

Isabel dijo...

que kish,son los finales felices.
no me gustan.
saludos!