Cuando fui a Marsella, me acosté con Edith Piaf y recorrimos el río Cena, escupí desde la torre Eiffel y recordé que el señor corales de mis sueños se reprime cada vez que escucha un nombre lejano, extracto de una amistad autoflagelante, estoy sobre un monociclo y todavía tomo desayuno con Marcel Duchamp y Marce Marceu, me encanta cagar en su water, que todos me miren y me aplaudan, escucho una melodía bastante extraña estos momentos y la resonancia dentro de esta carpa infernal se repercute dentro del corazón de tu dios judeo cristiano capitalista y nacionaliste, viva la revolución, viva la abominación y mi cabello azul sacude tus pies que hieden otra vez, Juana de Arco ya asesino al tío sam y al padre Hurtado, QUE ESPERAS TU SENTADO EN UN AUTO!
(organillero tocando un bonito vals)
estoy gritando en París y es lo mismo que llorar en la catedral de Notre Dame, estoy riendo en la casa de los padres de Remi y me suicido con vino y champagne, sobre el ataud de un buen cortesano que invita que no sea un santo, tampoco un animal
(organillero tocando un bonito vals)
lo bonito de esto es ser el chiste global de tu imaginación, es ser el clown que pide una audición
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario